Un día de esos...

Jueves.Odio el jueves, no sé por qué. Me levanté hecha pebre, producto del masivo de aerobox en la U. Me dolían hasta los pelos. Tuve que salir de la cama poco menos que con un remolque. Al salir de casa, miro al cielo. Gris. Odio estos días helados en los que debo ir a clases, y al ver ese cielo gris hace que me baje la crisis existencial: que mi vida no vale nada, que qué mierda estoy haciendo con mi vida, que por qué no me he muerto todavía si los otros serían más felices, bla bla bla... Encima, el estúpido profesor de Desarrollo Personal va y nos pone un video todo cortavenas en la clase. Era la guinda perfecta para hacer intragable mi amargo helado matutino. Estúpido profesor, estúpido ramo...

La cosa empezó a "mejorar" al llegar a casa, descansé un poco y tal. Pero, lamentablemente después de almuerzo debía volver a clase de deporte. Hurra. En la mencionada sesión de tortura, me fue como el forro en el control. Ni todas las endorfinas del mundo pueden hacer que uno se olvide de eso. No es que me importe, pero igual es frustrante que, siendo hija de una profe de Educación Física(vamos, ríase al igual que todos los imbéciles que, a lo largo de mi existencia, se enteran de este dato) sea un cero a la izquierda en esas cosas. Bueno, dicen por ahí que se nace con estas cosas. Y, para bien o para mal, soy la prueba viviente de que los genes recesivos sí existen.

Y, por si acaso, sigo adolorida. Me duele todo y encima, estoy cansada. Mañana tengo dentista a las 10 de la mañana y clase de 3.30 a 6.30; y me espera un fin de semana haciendo trabajos. Lo bueno es que, después del próximo martes, estoy libre, casi de vacaciones(igual tengo que asistir a clases los viernes,pero fuera de eso...Bueno,la idea se entiende).


Hasta el próximo Reipost en éste, su Reicanal favorito.